Lección 1: Nunca perder de vista la derrota.

Esto es una sección filosófica, más respeto por favor, no se ría, tire el chicle, péinese bien y por favor…pero por favor use desodorante.

La primera lección iba a ser justificar la propia mediocridad. Los últimos comentarios me advirtieron sobre la urgencia de una enseñanza más importante.
Se preguntarán ¿Por qué este chico se acuerda del Manual para aprender a perder justo cuando ganamos?
Es muy simple. Veo, mis queridos compañeros peronistas, que hemos desviado el camino. El plantel de amor de gorda, nuestros simpatizantes, incluso yo, el mejor perdedor se ha olvidado de la alegría de aprender a perder.
La victoria nos ha segado, mis queridos amigos, y por eso vengo a despertarlos, a ser esa operación que hubiese hecho que Borges pudiera leer sus obras.
Amor de Gorda ganó, estamos felices y da para ilusionarse, pero no podemos olvidar nuestro pasado perdedor ¡De ninguna manera! Veo, con tristeza que hemos perdido de vista nuestro espíritu de amor a la derrota.

“Como dicen los sabios, arriba siempre oscurece, se te secan los labios y todo te lo ofrecen”. Estamos muy arriba, el partido que viene es un partido difícil y temo que el shock de la derrota pegue más duro de lo que venía pegando antes de ganar como se ganó el domingo. Nuestro amor por la derrota no nos debe hacer olvidar que el domingo se ganó jugando bien de verdad y nos demuestra que se puede ganar. Pero vengo a recordarles que no es tan malo perder, para que no suframos tanto ante la amenaza de que esto vuelva a suceder.
Recordemos entonces, que siempre es bueno. Nuestra escensia es la derrota, no la victoria. Lejos del comentario de Sigota (“si hace falta hundir la nariz en el plato, lo vamos a hacer”), y más allá de su carácter apologético (El domingo todos con Cherasny), Amor de Gorda no se desvive por ganar, y si lo hacemos, no debemos decirlo, porque seriamos unos hipócritas. (Recordemos lo que criticábamos de UBA: “Amor de Gorda. Un equipo de gente buena onda, con una filosofía de vida de reírse de la puteada que todas las mañanas le regala el espejo y encarar a la derrota con una sonrisa picarona y todas las ganas de tocarle el culo. Por el otro, UBA, una agrupación de internos de una clínica de rehabilitación que mostraba claros signos de violencia, provocados por la abstinencia al asado que estaban atravesando. Tenían todas las ganas de escupirle la cara a la derrota y estaban dispuestos a rebajarse de todas las maneras posibles para mendigarle un beso a la victoria”). Sigota, yo te quiero, vos lo sabes, pero relee lo que puse y decime a quién te hace acordar tu comentario… ¿Amor o UBA? Te perdono mi querido amigo, aprender a perder es un camino difícil, todos nos desviamos ante la primer victoria, algunos necesitan perder muchas veces para encaminarse, pero yo estoy aquí para guiarlos y que eso no pase.

Por eso vengo a echarle un alo de luz a su confusión. Recordemos la relación entre el perdedor y la victoria para poder entender ¿Qué es ganar?
El perdedor, no ve a la victoria como algo que lo libera de su cárcel de derrotas, aunque tampoco lo ve como algo negativo que lo hace dejar de ser perdedor. Para un derrotado la definición perfecta de victoria es aquello que se disfruta cuando llega y se olvida cuando no esta. Ser ganador es entonces un accidente, algo que pasa, pero que no se mantiene en el tiempo. El ser humano por naturaleza es perdedor, siempre va a perder a menos que se demuestre lo contrario y si no hace nada para cambiar su estado entonces va a perder, solo cambiando su naturaleza puede ganar. Ver a la victoria como accidente nos puede ayudar a subirnos a la nube de la victoria durante toda la semana posterior a ganar y bajarnos de esa nube un segundo antes de empezar a jugar el partido que nos puede depositar nuevamente en la nube por otra semana o nos puede hacer pensar en la nube como algo a lo que algún día volveremos.
No pido que no festejemos la victoria, que es nada más y nada menos lo que hemos estado haciendo en estos días, sería estúpido no festejar algo tan lindo como la victoria, lo que pido es que no hagamos de ella el fin último. Ganar siempre, le quita su valor a la victoria. Perder siempre, no le quita su valor a la derrota, todo lo contrario le quita su dolor.
Dice el poeta hoy decididamente anónimo, aunque algunos sabrán quien es:

“ahí se pierde el tren de los locos
haciendo alarde de su mejor victoria
y es que perdiendo al dolor le ganaron
haciendo costumbre suya la derrota”

No quiero que el domingo juguemos con los ojos inyectados de bronca, de hambre, de ambición, quiero que juguemos con la paz de quién sabe que si se gana la fiesta será eterna y si se pierde no será eterna, pero habrá fiesta igual.
Solo de esa manera la victoria será realmente una victoria.

Saludos,
Espero que lo hayan disfrutado
Hasta la victoria… a veces, Gladys… solo a veces.

Ultimo momento - Agregado el día 31/05/2007 a las 19:19 Horas Argentinas

Hola gente, soy Beto. Esto es lo ùltimo que voy a decir antes de desaparecer por dos semanas, debido a cuestiones laborales (me voy a vender paco a Caballito por unos dìas). Antes que nada, queria aclarar que la imagen es dedicada a mi intimo Vidueiro (gracias Aldo por compartir tantas noches de gira juntos). Despues gracias Pantufla por el espacio tan gordo y tan seductor que me compartis para explayar mi gordura extrema, esa que tengo encapuchada en mi agradable simpatia. Y bueno, no me extrañen, son cosas del laburo...nos estamos viendo para las fechas siguientes. Como me gusta el turifruti fali fru, y si le ponen un poco de tosino, bienvenido sea. Mmmmm...que rico, las gordas!

Beto

PD: Lepra, deja el paco y volve con la pelota.