Promoción BN/B: Ferro 1 - 1 Estudiantes (BA)

Ferro Carril Oeste: La gloria de un barrio, la gloria de una nación

Entre los escombros de un fútbol nacional a la sombra de una Copa América. Que demuestra la necesidad que tiene el ser humano argentino de festejar algo, llegando al punto de darle importancia a una competencia tan mediocre y donde Amor de Gorda hubiese llegado probablemente a la final con mayor categoría que la selección nacional. (Nah chiste, esta muy bien lo que hicieron estos muchachos). En medio de esta farsa futbolística con olor a sudaca tratando de cruzar la frontera (esto último lease mirandose de costado, con la boca hecha al lado contrario al costado al cual se mira y tomando un té a las 5 o clock mientras se repasan los movimientos de la bolsa en el New York Times) un equipo lleno de gloría y buen fútbol le devolvió al torneo argentino la primera posición en las mediciones de los raitings, abriendose paso entre culos de gimnasio y tetas metalúrgicas, entre novelas de comicidad gastada y bailes que se parecen bastante a las películas que mira Aldito y su sonrisa pervertita, en lo soledad de su hogar mientras escucha la canción de Ale Sanz “Cuando nadie me ve”. Un equipo lleno de estrellas, pases cortos, gambetas y firuletes, un equipo que ha sabido llevar al fútbol a su máxima expresión. Obviamente NO estoy hablando de Ferro.

El día de la fecha hago una actualización en el blog que inaugura una nueva sección, en vistas de que pronto dejaremos Ocampo, una sección con un nombre tan ambiguo como la información que la va a llenar, una sección casi tan indefinida como la sexualidad de Pato, una sección que bien podría llamarse Gladys, porque todavía no sabemos lo que es… pero vamos a ponerles como indica la norma: Miscelánea. Ya no estamos atados al universo Amor de Gorda, ahora hemos abierto un agujero en la capa de ozono para poder escapar por él hacia Marte, porque como abrimos un agujero en la capa de ozono hay que escapar hacia Marte… Qué entredicho, ¿verdad?

Cuando uno planta una planta suele utilizar un palito (llamado tutor) al cual ata el tallo de esta plantita para que crezca firme y recta. La planta imita la rectitud y la firmeza de este palito y asi crece saludable, sana, por el buen camino y se convierte en una planta hecha y derecha, de esas plantas que uno mira a simple vista y dice “eso es una planta con los huevos bien puestos”, no como ooooootraaasss que uno las mira y dice “por Dios! ¿Que es eso? ¿Es un hombre? ¿Una mujer?”… Sigota tiene experiencia para diferenciarlos, pregúntenle a él. No existirían las metáforas si no fuese todo tan aburridamente parecido, monótono. Con todo esto quiero llegar a explicar porque hablo de Ferro Carril Oeste en la pagina de Amor de Gorda… algunos dirán que la sección Miscelánea no tiene nada que ver con las Gordas, pero se confunden, como se confunden todas las personas que piensan que este blog no tiene sentido, exprímalo señora y cuénteme si somos simples comediantes…

Ferro Carril Oeste es ese tutor, ese tutor destartalado, graciosamente triste y con un presente tan amargo como lo puede ser una limonada sin azúcar. Es el palito al cual, quizás por desgracia, quizás por suerte, fuimos atados futbolísticamente y que hoy 11 de julio de 2007 se ha coronado campeón de la nada total, al empatar 1 a 1 con Estudiantes de Buenos Aires y haber logrado la gloria eterna de, gracias a la ventaja deportiva, mantenerse en la prestigiosa categoría segunda de nuestro inigualable fútbol argentino. Caballito se inundo de gloria y no fue por la nieve, fue porque Ferro con un fútbol excepcionalmente mediocre y mezquino, solamente igualable por otras escuadras gloriosas como una que me contaron que se llama Amor de Gorda, logró quedarse en la B Nacional sin derramar una gota de transpiración y ni un gramo de buen fútbol. Ferro Carril Oeste, la gloria de un barrio, la gloria de una nación.

“Yo nací en caballito, me fui al descenso y salí campeón”
Fue en el año 1904 cuando un grupo de ferroviarios italianos buscados por la justicia europea por tráfico de armas y coimas en el senado, decidieron regalarnos este pedazo de realidad Argentina hecho fútbol. La escuadra verdolaga inició sus andanzas en el fútbol y pronto se convirtió en el orgullo del barrio de caballito. Un club de elite, con el que soñaban las cenicientas inocentes mientras fregaban el patio de sus patronas, esperando aquel bonito hincha de Ferro (como uno que yo conozco), aquel príncipe verde (lo cual explica el mito de que si se besa un sapo se transforma en príncipe) que las venga a rescatar y a llevarlas al baile real de la calle Cucha Cucha y Avellaneda.

“De chiquito mi viejo, me llevaba a ver al oeste”
Jugadores gloriosos ha visto pasar este club, no solo por su manejo del balón si no por su espíritu humano y alegre… como el caso del gran Germán Burgos, nacido en el Oeste, donde rara vez evitaba que las pelotas ingresaran al arco. El Ratón Ayala, Federico Fazio, visten hoy la celeste y blanca, Cristian Tula es un groso y no me lo discute nadie y ni Maradona ni Messí jugaron en Ferro pero si lo hubiesen hecho no serían lo que son (serían peores o serían defensores centrales como Hectór Cúper o volantes tapones como el gran Jerónimo Saccardi).

“En el año 82 Ferro conoció la gloria, en el año 84, repitió la misma historia, dirigentes hijos de puta, vendieron la institución nos comimos 2 descensos la puta que los parió”
La gloría de Ferro no se quedó en los cubiertos de plata y las cenas de la alta sociedad, en lo futbolístico besó la locura y perpetuó en su camiseta dos estrellas que ninguna devaluación, ninguna hiper-inflación, ni ningún dirigente corrupto pudo descoser. Pero como todo lo que sube tiene que bajar, y más si es en Argentina, para cumplir con el objetivo para el cual había sido creado… ser metáfora de la realidad Argentina, Ferro… “entregado a su pasión voluntariamente aceptada” inició su camino hacia la más mediocre mediocridad futbolística que pudo haber conocido el hincha del fútbol. En el año 2001 descendió luego de perder 8 a 0 en caballito contra Lanús… quizás nadie lo sepa, pero la camiseta con la que atajo todos los domingos en Amor de Gorda es la camiseta con la que Ferro descendió, no existen las casualidades en esta vida, aunque me acabo de dar cuenta de esto. Al año siguiente, no conforme con un descenso, Ferro volvió a descender, esta vez a la B Metropolitana. En sus primeros partidos en la B Metropolitana parecía que seguía de largo hasta la C… pero creo que para esos momentos se dio cuenta que ya había quedado clara la analogía y decidió que era momento de volver a Primera… aunque resultó más difícil de lo que pensaba. Ferro ganó todo y jugó el ascenso contra Deportivo Español (hoy Social Español) todo parecía dispuesto para que el equipo de Della Pica, de la mano de Cristian Alberto “el más grande” Tula, vuelva a la B Nacional, pero no… perdió. Hubo que esperar un año más para volver a la B Nacional y ahí quedo estancado, la gerenciadora lo abandonó a su suerte y Ferro tuvo que sobrevivir con sus juveniles, y así ya casi va un lustro, y pasarán quizás las décadas, y los siglos, y si Dios lo permite los milenios, y quizás algún día Ferro vuelva a Primera, hoy habrá que festejar con alegría desbordante que no descendió a la B metro, una vez más. “Vamos a volver, Vamos a volver, a pesar de todos vamos a volver”

El contraste es evidente, arriba, Ferro del 84 y la mirada fija hacia adelante, el campeonato y la victoria. Abajo, Ferro en el 2007 y el delantero, el hombre encargado de hacer los goles, Daniel Akerman, le "relojea" los pechos a una promotora.

Eso es todo, me retiro y les dejo un video muy bonito que encontre por la internés... una canción popular y de fogón, para que los chicos lindos se luzcan con su guitarrita criolla musicaliza imagenes de Ferro...(tarda bastante en cargar... ni lo vean)