BIENVENIDO

Para el que cayó aca de rebote, por esas cosas que solo Google puede explicar...
NO, lamentablemente aca no encontrara fotos de mujeres de mas de 120kg en poses sugestivas, lo lamentamos, siga buscando y le aseguro que llegara a buen puerto.
Amor de gorda es un equipo de fútbol 9 que milita en el fútbol grande de la Republica Social-Peronista Argentina.

"Verte feliz, no es nada,
es solo un rocanrol del país.
Verte feliz, no es nada,
es todo lo que hacemos por tí."

martes, 5 de julio de 2011

Cruza el Amor, yo cruzaré los dedos

43 entradas, publicadas por última vez el 29-nov-2008

Asociado en sociedad
con tales socios,
se pueden imaginar
que los amores van mal,
la salud ni fu ni fa
y no van bien los negocios.

Finalmente, las únicas promesas que uno no puede dejar de cumplir son aquellas etílicamente encarnadas. Declaraciones urgentes, atolondradas e inimputables. Una rave neuronal de efervescencia cervecera, de palabras maquilladas que esa noche están más lindas que nunca. Una watt semiótica de palabras que bailan reggaetón y son como burbujas que van a darse la cabeza contra el techo con precisión suicida. En ese momento uno piensa que todo lo que está por decir roza la genialidad, fue dictado por algún ser supremo oriundo de una galaxia descubierta por John Lennon en un viaje de ácido, o cuando menos puede solucionar un par de varios problemas, a saber: el hambre en el mundo, la deuda externa o el alcoholismo galopante en el que cada cual, consciente o no, se encuentra inmerso hace ya más de 5 años. Ese es el encanto de ir a “la oficina”, el hechizo del cual somos y seremos prisioneros de aquí hasta que nos aburramos o alguien se aburra de nosotros. Pase lo que pase, lo que pase primero: nos liberará.

Hola, mi nombre era Pantufla y después un número bastante peronista de cervezas tomé la palabra en “la oficina” para decir: “Tiene que volver Amor de Gorda, tienen que volver a jugar con la rosada, yo no quiero jugar pero me comprometo a ir a ver todos los partidos y volver a ser el cronista de esta gigantesca escuadra”. Amor de Gorda acababa de jugar la final de la segunda división del torneo de ex alumnos, se jugaba el ascenso a primera y a pesar de todo había sido derrotado. Había jugado excepcionalmente, bellamente, cósmicamente, amorosamente, en fin… había jugado como siempre y había perdido…como siempre. Era un jueves helado, en un invierno helado, la cerveza estaba helada, mi estómago estaba helado y mi cerebro estaba bien frapé. No podía pensar claramente, apenas me iba acordar de lo que había dicho y de lo que diría en las próximas horas, pero lo hice y un acuerdo entre caballeros está a la altura de un pacto de sangre. Así que acá estoy.

La “oficina”, es importante aclararlo, es el bar de enfrente. De enfrente de donde no importa. Donde quiera que uno se encuentre, el bar de enfrente siempre estará enfrente. A veces como el brillo fugaz de un amor vencido por el tiempo, otras veces como el eterno retorno de un amor no correspondido, pero la mayoría de las veces como una amante lujuriosa y transpirada, enterrada entre las sábanas como un tesoro en el desierto, colmada y satisfecha, despeinada y revuelta. Porque en el bar de enfrente, y he aquí otra faceta de su encanto, siempre prevalece lo consumado sobre lo añorado.

Sin embargo, la vida dio revancha y el viernes Amor de Gorda jugó la promoción. La noche del jueves, la noche en “la oficina”, había terminado a las 4 de la mañana, nos quedamos hasta tarde meta papeleo. El viernes a la mañana tuve que ir a trabajar. Por eso no pude ir a “la oficina”... necesitaba dormir. Si, ahora tengo trabajo. Lo importante es que el viernes Amor de Gorda ganó y se convirtió en un equipo de primera división de un torneo de fútbol intrascendente. Por eso brindamos, ladrón de mi cerebro.

¿Que trato de decir? ¿A dónde va todo esto? Comprenderán que siendo martes no puedo hacer una reseña de un partido que se jugó el jueves y que ya la marea enterró. Mucho menos de uno que se jugó el viernes y que no pude ver. Comprenderán también que siendo martes me es imposible ser chispeante y humorístico. Comprenderán también, finalmente, y no por eso menos importante, que después de casi 4 años agonizando en mis entrañas, Pantufla no puede simplemente volver a nacer como si yo no le hubiese disparado a quemarropa, como si todo hubiese sido una pataleta infantil y caprichosa, como si todavía nos amaramos. Existe cierto recelo entre Pantufla y yo, ciertos rencores, una parte de mi se sintió estafada por sus salmos, por sus enseñanzas, por sus pregones. Otra parte siempre lo quiso por lo objetivamente valioso de su ingenuidad, su ciega y caprichosa esperanza en un sueño que terminó. Pero esa noche de jueves en “la oficina”, esa noche etílica donde la razón bajó la guardia, Pantufla se precipitó a la superficie con pasión suicida y pude reconocer en él la sonrisa de un viejo amigo.

Mi nombre era Pantufla y era el cronista de Amor de Gorda, espero poder volver a serlo. Cruza el Amor, yo cruzare los dedos.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Palabras ya... no quedan muchas más


(La foto que queria poner aca no la consegui.
Asi que no pongo nada porque soy caprichoso)


Ciertos datos confirman la actual tómbola astrológica de la cosmogonía obesa. Aceptando conocer solo el significado del 20% de las palabras que acabo de mencionar pero asegurando que su sonido me hará atraer numerosos lectores de Palermo Hollywood.

“Los que debutan en Amor de Gorda meten goles, como Juli, el Guacho el año pasado y el Gordo Gandara” (me dice sigota a las 5 de la mañana después de empinar su habitual fernet)

Debo muchas actualizaciones lo sé. Sucede que tanto Amor de Gorda como Pantufla atraviesan por una especie de mutación y la intención era esperar a que ambos lograran conectarse para poder estar a la altura de semejante situación. Pero como toda mutación el camino se hace arduo, un prueba error constante, como un juego de la oca, donde avanzamos y retrocedemos, mitad azar, mitad vaya uno a saber que. Son esos tipos de momentos que asustan un poco, se nos asoma un globo de dialogo que nos dice “Existen actualizaciones para su equipo” y entonces uno se tienta, la ve fácil, se come el amague y las instala, y empiezan a saltar todos los errores. En seguida nos invade una alerta, un estado critico “Usted podría ser victima de una falsificación de software”, “Su sistema podría estar en peligro”. Dudamos de lo real, dudamos de nuestro software, sospechamos que las amenazas son ciertas, que no hay manera de continuar con la copia pirata que nos instalaron en la fábrica de percepciones. Pero cuando lo ponemos en común nos damos cuenta de que estamos todos más o menos en la misma, seamos sinceros, Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, quien no es victima de una falsificación de software de este lado del hemisferio, entonces nos tranquilizamos un poco y bajamos algún parche, es decir, nos emparchamos y así continuamos, hasta que nos asusta darnos cuenta que nuestras metáforas se vuelven electrónicas, así como todo lo que nos rodea y con la ilusión de que debajo de la piel siga corriendo sangre y no algún tipo de aceite de motor, con la ilusión de conservar la forma humana y no ser un androide cósmico programado para escribir actualizaciones en un blog zarpamos en busca de algo más natural… si lo hay. Por esos caminos transitaba el miedo de Pantufla, tirado en la plaza junto a sus co-equipers Nano, el Guacho, Lepra y el Gordo.G Mcfly G, por otros caminos transitaba Amor de Gorda.
Debo varias croniquetas lo sé. Sospecho que entrar a esta página últimamente debe ser como cuando enganchas Los Simpsons en Telefe y es justo el cápitulo anterior a que empiece Casi Angeles, entonces, uno que viene con impulso dice: “Si un capitulo que vi mil veces de Los Simpsons puede entretenerme porque no uno de Casi Angeles que no vi nunca”. Pero no, el funcionamiento de la mente humana no es tan sencillo y no toda novedad es buena como no todo recuerdo es malo.
Asi descubrimos, mientras escapamos televisivamente antes de darnos por vencidos y entregarnos a la realidad, que la promesa del progreso es tan vacía como la promesa de entretenernos viendo Casi Angeles y que el recuerdo de viejas hazañas tiende a convertirse en el gastado motor de la melancolía.
De ese motor quería escaparse Amor de Gorda, no conforme (y gracias a Dios) de recordar su vieja victoria y a pesar de la seguidilla de derrotas empezó a peregrinar las aventuras de la hazaña atravesando las oscuras tierras de la auto superación y esquivando los helados campos del auto boicot, instalando el medio pequeños parches… como el Catenaccio, el “¿y si lo ponemos a Juli de 9?” el “¿y si Lepra juega de 6?” pasando por el “¿Fede podrías jugar de 4?” y el “Perga te necesitamos en el arco”. Y otra vez… metáforas electrónicas.

Pero esto es solo la instantánea que responde al presente de este caminata que se inicio en este nuevo ciclo de Ocampo se desarrollo durante mi ausencia como cronista, por ello, en breve les acercare una pequeña croniqueta resumen de estas 5 fechas de ausencia pantuflistica, tratare de hacer un breve recuento de lo que anduvo aconteciendo en la galaxia obesa, conectando a través de un puente temporal la última actualización con esta, y atando los cabos, como después de una gruesa borrachera, entre el momento en que tomaste el último vaso y te despertaste en tu cama.

Y HOY GANO AMOR DE GORDA
Nos leemos a la brevedad,
Pantufla

domingo, 12 de octubre de 2008

Segunda Venida | Fecha 2: Amor de Gorda 2 - 2 Los Paiolis

Tu belleza empieza a abrirse paso nene
Surfeando la cresta de la ola de calor y acariciando una suave nube de mosquitos, Amor de Gorda cosechó un empate.

El silbato de un arbitro desganado maduro la expulsión de Nano y un adversario, caída libre para dos, en la tierna infancia del primerísimo primer tiempo y como lo indica el pulso poético de las figuras que danzan en el periodístico copete, antesala de este parrafo, el partido quedo a mitad de camino entre la victoria de lo bello y la derrota de lo desagrable. Puede fusilarte hasta la cruz roja nene.

Los 11 jugadores que participaron de este encuentro fueron: El Perga al arco, el capitán Beto por el espacio, Juli, Sigota, Nano, Pato, Nico, Fede, Lepra, Joaco y el Guacho.

Los Paiolis llegaron a Puerto Madero confiados, jugarían contra Amor de Gorda. Según el detective privado contratado por el team esta congregación de liliputienses había perdido 6 a 0 la fecha anterior y contaban con mayoría de Ingenieros en el plantel. Era como dicen los niños “pan comido”. Los hombres barbudos, cual perro de Pavlov, se babeaban mientras se acercaban al campo de juego, sus hembras invitadas especialmente para la afrodisíaca ocasión, observaban estimuladas a través de las rejas. Ellos se paseaban por el terreno de juego desplegando sus plumas de reales pavos. Las reinas desplegaban sus lenguas, esperando recibir el sacrificio humano de la sangre de los perdedores. Las minitas aman los payasos y la pasta de campeón. Endemientras, la ilusión Obesa se encendía como el esquinado farolito de un tango, los periódicos aún estaban secos pero anunciaban lluvia para la noche, sabiendo que el destino les depararía servir de alfombra cuando se iniciara el vendaval. El vendaval era una promesa, un presagio, un cambio en el curso de los vientos.

El pitido inicial corto el aire en dos, a la izquierda. Amor de Gorda, a la derecha Los Paiolis. As, lo tuyo no es el rock. Así fue como el cordero fue lobo del lobo. Un pase de Lepra de belleza incalculable se elevó al cielo, la pelota eclipso al sol y Juli, de notable actuación, detuvo su vuelo para enviarla al fondo de la red. Continuaron las expulsiones antes retratadas y llegaron luego los 2 goles de Los Paiolis. El perga se interpuso a la bacanal circense cuando evitó el tercero tapando un mano a mano con el que cerró su valiosa actuación. La firmeza del capitán Beto también estuvo surcando la galaxia del hombre, pero Amor de Gorda había quedado acefalo, sus delanteros no podían organize. Hubo que esperar al segundo tiempo para que Lepra volviera a conectarse a Wi-Fi con la red y desde un costado se la picará en un simbólico globoide que aterrizó en la retaguardia del arquero. Y así, mediante ese sencillo acto de belleza y buen gusto deportivo, sentenció el 2 a 2. Las hembras terriblemente confundidas ante la ausencia de un evidente triunfador al cual otorgarle su gracia se practicaron una fina incisión a la altura del estomago y cayeron destripadas a un costado del terreno de juego. Los Paolis observaron desesperados como la victoria y sus premios dejaban de formar parte de la realidad, sus vidas se encontraron de pronto amputadas de sentido y se retiraron al vestuario donde, entre ellos, se realizaron practicas desagradables. Amor de Gorda, en cambio, se supo dueño de la belleza del cielo y la naturaleza, con la que se confundió en una noche donde la lluvia se abrazó al césped en el cual corrieron sus jugadores y lo beso apasionadamente, infiltrándose en la tierra y mezclándose con ella en un acto de singular anonimato y silencio, inapropiado y excentrico para los patrones actuales de X tal que X, función lineal.

Eso es, de lo que paso, lo que hemos querido compartir,
Será hasta la próxima, les desea lo mejor,
Lanfutpa
Amor de Gorda esta en la sopa, aceptémoslo.
Pantufla recomienda leer Amor de Gorda ebrio.
Si tomaste, no manejes, lee Amor de Gorda